Día 2: Bosque Nuboso de Monteverde. Canopy y puentes colgantes
- amigasenruta
- 9 feb 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 10 feb 2023
Nos levantamos con las pilas cargadas para empezar un nuevo día. Desayunamos y pusimos rumbo a nuestra primera visita: Reserva Biológica del Bosque Nuboso de Monteverde. La biodiversidad de esta zona de Costa Rica ¡es espectacular!

Reserva Biológica del Bosque Nuboso de Monteverde
Horario: 7-16h
Entrada: 25$
Parking: 5$
Las entradas se pueden comprar por internet, en su página web, o una vez allí. Nosotros nos decantamos por comprarlas por internet, de esta manera nos asegurábamos la entrada el día que queríamos. Aprovechamos para comprar las entradas y reservar el parking.
Antes de llegar a la entrada de la Reserva, deberéis dejar el coche en el parking que os indican. Una vez ahí, te subes a un pequeño bus que te lleva hasta la entrada. Para volver al parking donde dejamos el coche, tuvimos que avisar en la tienda de souvenirs y en apenas 10 minutos, el pequeño bus vino a recogernos. Aunque tengáis compradas las entradas, hay que pasar por taquilla para que te den el ticket para poder entrar.
En la Reserva Biológica del Bosque Nuboso de Monteverde podrás recorrer diferentes senderos. La mayoría, se comunican entre ellos y te permiten ir haciendo diferentes recorridos. Además, en los caminos, hay carteles explicativos de la fauna y la flora del lugar. A la salida de la reserva, encontrarás los comederos de colibrís. Nosotros no tuvimos tiempo de visitarlos.

Sin duda alguna, lo que más destaca de este lugar es su clima húmedo, ¡es único!
Os recomendamos ir a primera hora para poder recorrer la reserva sin apenas gente. Nosotros, le dedicamos 3 horas y nos quedamos con ganas de más, pero otras actividades nos esperaban.
Próxima parada del viaje: 100% aventura. Después de leer mucho sobre Monteverde, vimos que una de las actividades más aclamadas era el canopy. Nos costó decidirnos porque no nos llamaba mucho la atención y ¡error! Es de las mejores sensaciones que he vivido nunca y encima, con unas vistas ¡espectaculares!
Pero no fue todo tan fácil. Al llegar a 100% aventura, teníamos los nervios a flor de piel. Fuimos a los mostradores y en función de las actividades que vas a hacer con ellos te ponen una pulsera u otra. Nosotros habíamos reservado el canopy de 11-14h y los puentes colgantes de 14-16h. Ya preparados, nos dijeron que esperáramos. No podíamos arrancar con la actividad porque se acercaba una tormenta eléctrica. Esperamos unos 40 minutos y la lluvia apareció con mucha fuerza. Así que, nos cancelaron el canopy y nos devolvieron el dinero. La verdad es que la empresa se portó muy bien en todo momento.
Intentamos hacer el canopy en otro horario disponible, pero estaba todo lleno. No teníamos la posibilidad de hacerlo otro día, porque nos íbamos de esa zona, así que, tocó tomar una decisión:
Esperarnos y hacer la actividad de los puentes colgantes. Sabiendo que perderíamos bastante tiempo hasta el inicio de la actividad.
Cancelar los puentes colgantes e intentar reservar la actividad de canopy más tarde, con otra empresa. Nos arriesgábamos a no hacer ninguna de las dos actividades, ya que nos podían cancelar el canopy por tormenta eléctrica de nuevo.
¡La decisión fue rápida! ¿Os podéis hacer una idea de lo que decidimos? Una vez allí, nos habían entrado unas ganas terribles de probar que se siente al hacer canopy. Así que, ¡no lo dudamos! Cancelamos los puentes colgantes y miramos si había disponibilidad para hacer canopy en Selvatura Park otra de las empresas que habíamos valorado. Y ¡BINGO! Había disponibilidad a la 13h. Nos costó 55€ por persona.
La lluvia empezó a aflojar de camino a Selvatura Park. Como aún quedaba algo de tiempo, decidimos tomarnos algo en su bar. Una cerveza y un colacao caliente nos costaron 8€, nos pareció bastante caro, pero algo muy divertido ¡nos esperaba! Cuando empezamos la actividad aún llovía, pero muy suave.

¡Fue increíble! ¡Pura adrenalina! Sobrevolar el Bosque Nuboso de Monteverde, ¡no tiene precio! Es un recorrido de 13 cables, incluyendo un cable de 1km que haces junto a tu pareja ¡increíble! Además, te dan la posibilidad de saltar en el tarzan swing. Nuestra intención era seguir con los cables y dejar el tarzan swing, no nos veíamos capaces. Pero una vez allí, quisimos exprimir al máximo la experiencia y fue ¡espectacular!
Cuando acabamos, pusimos rumbo a Monteverde para comer en Sabor Tico. Un restaurante con mucha variedad y una comida muy rica. Probamos el famoso casado y aunque no fue de los mejores que comimos a lo largo del viaje, ¡nos gustó mucho! La comida nos costó 22€.
Por si os lo estáis preguntando, el casado es un plato típico de la comida costarricense que consiste en arroz, fríjoles, plátano maduro, picadillo y normalmente, va acompañado de carne.

Con la barriga llena, nos pusimos rumbo a Bijagua, donde se encontraba nuestro alojamiento para aquella noche. Teníamos dos horas de camino, pero todo se complicó y tardamos unas 4 horas en llegar.
El día volvió a empeorar, la lluvia volvía a caer con fuerza y la niebla dificultaba mucho la visibilidad en el camino. Tanto para llegar a Monteverde como para salir de él, te encontraras con carreteras sin asfaltar y fuertes pendientes. Imaginaros si a esto le sumas agua, niebla y ¡animales en medio del camino! Finalmente, llegamos a nuestro alojamiento ya de noche y todo se quedó en un mal trago. Eso sí, decidimos salir siempre con tiempo para que no se nos hiciera de noche en la carretera.
Nos alojamos en Finca Cacao Amistad Lodge, un lugar ¡muy especial! Habíamos leído muy buenos comentarios del sitio, pero hasta que no llegas y lo vives por ti mismo… no lo acabas de creer. Llegamos tarde y llovía. Nos habían preparado una mesa para cenar, pero después del viaje estábamos agotados, así que nos ofrecieron hacernos una pizza para llevar y cenar en la habitación. El plan ¡nos encantó!
Todo era de madera, repleto de vegetación, con unos jardines preciosos y una plantación de cacao. Y la habitación… ¡Parecía sacada de un sueño! Los pequeños caminos asfaltados te guiaban por el jardín hacia las diferentes habitaciones. La nuestra era una cabaña de madera donde se había cuidado hasta el último detalle, por no hablar de las vistas desde el balcón.
La comida estaba riquísima. Las pizzas las hacen en horno de piedra y el desayuno con productos del lugar. El chocolate caliente… ¡Increíble! La cabaña con desayuno incluido nos costó 100€.
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