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Día 12: Parque Nacional Corcovado

  • Foto del escritor: amigasenruta
    amigasenruta
  • 9 feb 2023
  • 5 Min. de lectura

Hoy era el día más esperado de todo el viaje. Cuando empezamos a organizar la ruta, Corcovado quedó en un segundo plano y si os decimos la verdad, no teníamos intención de visitarlo. Habíamos leído que para ir, se necesitaba dedicar una serie de días que nosotros no teníamos. No os lo vamos a negar, nos quedamos con una espinita clavada. Corcovado es una zona muy virgen de Costa Rica donde se encuentra el 2,5% de la biodiversidad del mundo, ¡una pasada!


Como habíamos decidido descartar Corcovado, queríamos hacer una excursión para avistar ballenas que es una actividad típica de la zona. Siempre que hacemos este tipo de excursiones, nos informamos bien. Como ya os hemos comentado, intentamos hacer un turismo responsable que en ningún momento tenga consecuencias negativas para estos animales. Buscamos diferentes empresas, hasta que dimos con una que hacía la actividad de manera respetuosa y responsable: Ballena Tour.


Nuestra sorpresa fue que al entrar a su web, ofrecían un tour de un día a Corcovado. Teníamos muchas ganas de ver ballenas, pero la experiencia que te ofrece Corcovado no se puede vivir en otro lugar. Para visitar este parque nacional es obligatorio contratar un guía, no se puede hacer por cuenta propia. Existen multitud de excursiones y paquetes, si lo miras con tiempo, incluso puedes pasar la noche en una de las zonas más vírgenes. Nosotros, por falta de tiempo, nos decantamos por la excursión de un día para conocer este ¡increíble lugar!



Información del tour al Parque Nacional de Corcovado:


  • Empresa que elegimos: Ballena Tour. Esta empresa solo tiene tours de un día por el sector San Pedrillo. Si vuestra intención es quedaros a dormir, tendréis que hacerlo en el sector Sirena, el único que incluye hospedaje. En la web oficial del parque podéis encontrar más información.

  • Precio: 140$ por persona. El precio incluye: entrada a los parques, guía bilingüe, desayuno, fruta y agua para almorzar una vez en el parque, la comida y el bote hasta el Parque Nacional de Corcovado. Se paga la mitad por adelantado y la otra mitad, una vez allí.

  • Horario: El tour empieza a las 6:30 de la mañana y termina a las 16:30 aproximadamente.

Nos levantamos muy temprano para recoger el desayuno en el restaurante del hotel. Como el horario del desayuno era más tarde, el personal se comprometió a preparárnoslo antes y así podérnoslo llevar, ¡un amor! Además el desayuno estaba ¡delicioso!


Con la barriga llena, pusimos rumbo a Uvita donde se encuentran las oficinas de Ballena Tour. Solo llegar hicimos el check-in de la actividad y pagamos el importe que faltaba. En la oficina habían preparado un pequeño desayuno con zumo, café, galletas y algo de fruta. Ahora sí, ¡estábamos preparados!


Caminamos desde la oficina hasta el Parque Nacional Marino Ballena. Allí nos esperaba un bote que nos llevaría al Parque Nacional Corcovado, concretamente al sector de San Pedrillo. El trayecto duró dos horas aproximadamente y fue… ¡indescriptible!



Solo subirnos al bote nos dijeron que era muy posible que avistáramos ballenas durante el trayecto ya que era época de migración. Nada más lejos de lo que nos habían dicho, ¡avistamos un sinfín de ballenas! Incluso vimos una ballena con su cría, ¡fue increíble! También nos topamos con alguna que otra tortuga y con ¡un trío de tortugas! Los guías nos explicaron que esto se ve muy poco pero que a veces pasa. Se trata de dos machos que intentan procrear con la misma hembra. Es bastante peligroso porque pueden llegar a ahogar a la hembra.



Todo el personal del barco, ¡fue genial! No dudaron en pararse las veces que fue necesario para que pudiéramos observar con detalle todo lo que estaba pasando, siempre de manera respetuosa hacia los animales. Además, los guías, nos dieron muchísima información sobre estos increíbles animales. Y el tour, solo había hecho que empezar.



Cuando llegamos a la estación de San Pedrillo, aprovechamos para dejar todas las pertenencias que no nos iban a hacer falta durante el recorrido. Así evitábamos llevar peso innecesario. El grupo se dividió en dos, éramos menos de diez personas por guía. Y ahora sí, ¡empezamos a explorar Corcovado! Desde que entramos al bosque tropical nos topamos con muchos animales: lapas rojas, monos, murciélagos, un manaquín cabeza roja, un oso hormiguero, pavones...



No os imaginéis ver animales por todos lados o verlos con facilidad. Normalmente se encuentran bastante camuflados y alejados de la gente. Los guías llevan prismáticos para poder observarlos mejor. Al tratase de un bosque tropical, en la época de lluvias, llueve y ¡mucho! Cuando apenas llevábamos la mitad del recorrido empezó a llover bastante fuerte. Rápidamente los caminos se convirtieron en grandes charcos. Al principio, hacíamos lo posible para esquivarlos, mientras el guía se reía de nosotros. Él sabía que acabaríamos empapados hasta la cintura, nosotros, aún no.



Continuamos el recorrido de vuelta a la estación de guardabosques de San Pedrillo con la lluvia cada vez cayendo con más fuerza. Al llegar, aprovechamos para reponer fuerzas y esperamos a que la tormenta pasara. Poco después, la lluvia se calmó y pudimos hacer otro recorrido. Estaba siendo una experiencia ¡increíble! Pero aún quedaba lo mejor: cruzar un río. Como lo leéis, ¡CRUZAMOS UN RÍO! La adrenalina era tal, que lo cruzamos sin pensarlo, con el agua hasta la cintura.



Paseamos durante una hora en la que pudimos ver algunos animales más, antes de volver hacia la zona de guardabosques. Y sí, para llegar a la zona donde estábamos, tuvimos que volver a cruzar el río.



En el bote de vuelta al Parque Nacional Marino Ballena solo hacíamos que pensar en lo increíble que hubiera sido poder pasar una noche en el sector Sirena. Aun estando tan solo unas horas en Corcovado, vivimos una experiencia que no se puede describir con palabras. Quizás no tuvimos la suerte de ver muchísimos animales, pero os aseguro fue la experiencia más auténtica y salvaje que hemos vivido nunca.


Al llegar al parque, caminamos hasta la oficina donde nos estaba esperando una rica comida. Después de comer, la lluvia apretaba con fuerzas así que decidimos coger sushi en un restaurante cercano y aprovechar para descansar en el hotel.


¡Nos volveremos a ver, Corcovado!




Experiencia en el alojamiento Manoas:


Queremos compartir con vosotr@s nuestra experiencia sobre este alojamiento para que podáis decidir si elegirlo o no. Aunque, en todo momento, hemos resaltado que es un alojamiento genial, se encuentra algo alejado de Uvita. Como ya os hemos explicado otras veces, las carreteras de Costa Rica no son de lo mejor del país. Pues bien, el camino que te lleva hasta el alojamiento es algo complicado. Una vez llegas a Uvita tienes que desviarte por unos caminos de tierra con subidas bastante pronunciadas. Al ser época de lluvias, os podéis imaginar cómo estaban los caminos. Aun llevando un 4x4, el coche nos patinó en varias ocasiones pero ¡llegamos sin ningún problema!


Las tiendas son preciosas, pero si viajas en época de lluvias, debes tener algunas cosas en cuenta. Las ventanas son ‘tipo rejilla” (como podéis ver en la imagen), así que si llueve, tienes que cerrarlas todas para que no te entre agua. Esto quiere decir que las increíbles vistas quedan totalmente tapadas y no puedes hacer uso del precioso balcón de la habitación. A nosotros, nos pareció un alojamiento increíble y el trato del personal fue inmejorable, pero creemos que no lo pudimos acabar de disfrutar por tratarse de época de lluvias y todo lo que ello conlleva.



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